3 febrero 2022

¡ALERTA EN SINALOA!

Por Manuel Sescosse

Presidente de Tauromaquia Mexicana A.C.

El Congreso de Sinaloa acaba de aprobar reformas a distintos preceptos legales con el objetivo abierto de prohibir las corridas de toros en el estado y penalizar cualquier intento de realizar esta actividad. Quizá no se sepa, pero con esta decisión se dejan de lado al menos tres preceptos que defiende el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

El primero, “Prohibido prohibir”. Con las modificaciones a la Ley de Protección a los Animales, a la Ley Ambiental para el Desarrollo Sustentable y al Código Penal estatal se cierra la posibilidad de que esta actividad que forma parte del bagaje cultural de nuestro país y representa un importante flujo económico generador de empleos se lleve a cabo en una de las entidades más plurales de México.

Quizá el gobernador Rubén Rocha no haya alcanzado a medir las implicaciones de estas reformas. Tampoco los legisladores del Congreso que las promovieron y votaron. Se trata de abrir la puerta a la prohibición de otras actividades como las peleas de gallos, la pesca deportiva tan extendida en Sinaloa, la cacería de patos que es una tradición local, los zoológicos como el legendario de Culiacán o los jaripeos que se organizan en distintas regiones del estado, por citar algunas.

Esto último debería generar preocupación entre quienes las organizan o gozan de ellas. Ha quedado clara la voluntad de aquellos que, desde una equivocada visión animalista, pretenden imponer visiones unilaterales sin tomar en cuenta las implicaciones sociales y económicas de estas decisiones.

Otro precepto que ha sido olvidado es la defensa de las tradiciones y de los pueblos originarios. Los derechos de las minorías y el respeto a nuestra estructura cultural no pueden verse desatendidos por la voluntad de un grupo que pretende sobreponerse a la sociedad.

El tercer principio ignorado es la presencia en el Estado de organizaciones no gubernamentales extranjeras que reciben financiamiento más allá de nuestras fronteras para imponer estilos de vida y puntos de vista sin tomar en cuenta la opinión de la sociedad mexicana. Se les ha dado paso y no dejarán de ejercer presión política para alcanzar sus fines.

Quizá el dato sea poco conocido, pero es revelador del alcance de la Tauromaquia como una industria generadora de una derrama económica anual de 6,900 millones de pesos, según fue calculado por la Secretaría de Agricultura en 2019, previo a la pandemia, y que representó ingresos fiscales para el Estado por más de 800 millones de pesos. Quienes avalan este tipo de reformas afectan la creación de 225 mil empleos directos e indirectos y la niegan la posibilidad a más de 4 millones de aficionados a que asistan a una plaza de toros como sucede cada año a nivel nacional.

¿Pueden los poderes públicos imponer en forma obligatoria las opciones morales de un grupo de la sociedad al resto de los ciudadanos? Desafortunadamente, en Sinaloa ha quedado claro que sí, aunque siempre será tiempo para corregir por el bien de todos y en respeto al principio de pluralidad.

Desde el sector taurino siempre hemos pugnado por un diálogo abierto, alejado de todo fanatismo y cerrazón, siempre respetuoso de las preferencias de cada persona. Renovamos ese llamado por el bien de una sociedad que, más de allá de verse dividida, exige vivir con la certeza de poder ejercer las libertades a las que tiene derecho. No perdamos la oportunidad.

Manuel Sescosse

Tauromaquia Mexicana

Consejo Ejecutivo

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